Y pasa a cada rato…
* Miles de morelianos y morelianas a diario se persignan para brincar al tren
* Y lo malo es que ponen en riesgo sus vidas ante la impaciencia que genera
* Ya no tiene horarios, se para en donde quiere y hasta por horas
* El tráfico se desquicia, la gente se acelera y retrasa la actividad económica local
* Y sin respeto al sueño de la población, en la madrugada emite estruendosos pitidos
* Bueno, en ocasiones se pelea a bocinazos con automovilistas a las horas de la madrugada
* Urge una estrategia, si no de quitarlo –que no se ha podido–, sÍ de un trato amable
* De una convivencia tren-ciudadanos, en donde señalamientos y actitudes cambien
FOTOS: AGD