OPINIÓN
Por Ada Yunuén Salgado Merino *
¿Quién en nuestra actualidad está exento de padecimientos? ¿Quién no recurre a la medicalización ante padecimientos sintomáticos? Al menos la mayoría de la población ha recurrido a algún medicamento para el alivio más eficaz de algún síntoma físico, desde los síntomas más leves como el dolor de cabeza, hasta los que requieren prescripción médica para algún malestar.
Lamentablemente en nuestra actualidad, se equipara mucho el hecho de tener una afección física con una afección psíquica.
Y ha sido mucho más aceptable la medicalización para el tratamiento de la ansiedad, estrés o depresión que llevar un proceso terapéutico de largo tiempo, se cree y se confía más en los discursos médicos.
Y quien empieza a dudar de la extrañeza de los tratamientos médicos para afecciones psicológicas porque generan dependencia, te mantienen dopado o tienen efectos secundarios, hay quienes salen a luz en su defensa, información que circula por las redes sociales:
Que si los tomas ya nunca podrás dejarlos: Quizá en casos de bipolaridad o condiciones de vida son necesarios siempre, IGUAL que toda condición crónica.”[i]
La lógica para la psiquiatría que trata los trastornos mentales opera bajo la misma lógica que la medicina tratando las afecciones del cuerpo, es decir que sí tomas pastillas
para la artritis o el control de la diabetes, qué de raro tiene tomar pastillas para la ansiedad o la depresión.
Los problemas psicológicos como la ansiedad, depresión, insomnio, estrés, entre otros, son síntomas que deben ser escuchados; las neurociencias solo reducen problemas que son propios de la vida a alteraciones neuroquímicas que deben ser equilibradas: si están en aumento o disminución las producciones de serotonina o dopamina, entonces el medicamento controla esa producción , así se pretende que el sistema nervioso esté armoniosamente equilibrado, aunque el sujeto se encuentre devastado por su situación actual de vida y por las condiciones sociales, económicas y políticas en las que vive:
Las neurociencias implican el triunfo de la medicalización, del paradigma positivista y de la investigación técnica desligada de los efectos políticos y subjetivos de vivir con otros y otras. Supone el negocio de los laboratorios y el triunfo de la colonización neoliberal que produce psicología de masas, donde el sujeto se reduce a ser un objeto de experimentación manipulado, cuantificado y disciplinado.[ii]
¿Y cuál es el objetivo? Que sea un sujeto nuevamente funcional, perfectamente adaptable, para que siga estudiando y tenga buenas notas, para que siga laborando, para que siga produciendo para el capital, para que siga siendo un empleado explotable, no importa si su vida está hecho un desastre, con las pastillas “todo se arregla”.
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* Ada Yunuén Salgado Merino es Licenciada en Psicología por la UMSNH. Egresada de la Maestría en Psicología de la Educación con perspectiva Psicoanalítica. Psicoanalista. Psicóloga en Dpto. Psicopedagógico y Docente interina en Preparatoria Melchor Ocampo UMSNH.
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Bibliografía:
[i] MenteDmente (4 de octubre, 2022). Yo no estaría aquí si no fuera por el medicamento. Empecé a tomarlos por causalidad en el hoyo más profundo. Facebook. https://www.facebook.com/mente.d.mente0
[ii] Merlin, N. (19 de marzo, 2017. Las neurociencias: un intento de colonizar la subjetividad. Red Filosófica del Uruguay. https://redfilosoficadeluruguay.wordpress.com/2017/03/19/las-neurociencias-un-intento-de-colonizar-la-subjetividad/
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