Pandemia baja
Alfredo González Durán
“¡Toma, por uchepo!”, que le grita mi tía Coty a mi perro El cachuchas luego de darle un zape porque el canijo perro llegó a echarse sus tortillas remojadas con caldo de frijol –a las que ya se acostumbró ante la falta de lana pa sus croquetas, que sólo se las traga en sueños y hasta suspiros echa todo jetón— y ¡sin su cubrebocas! siguiendo el ejemplo de un gran número de raza que ve cuando pasan en la calle, porque déjenme decirles que en Morelia, ya empezó a dejar de usarse el cubrebocas y a la de sin susto, seguramente tras ver las noticias por varios lados en donde ya no se utiliza… “Pus serán peras o serán manzanas, pero hasta que no esté seguro el panorama de que ya no hay contagios, aquí se siguen aplicando las reglas. ¿Entendieron uchepos?”, que nos grita la Coty bien enmuinada porque sí es cierto, el otro día que fuimos a hacer un mandado, la Coty se aventó una bronca con un cumbianchero del averno, que además de traer retacada la combi ¡repleta hasta las cachas!, valiéndole el pisadero de juanetes y que íbamos como sardinas –por cierto, en esta cuaresma se están manchando con precios del atún que cuesta hasta ¡26 pesos! una latita de 180 gramos. ¿Y la Profeco?–, deja subir a la gente sin el cubrebocas… PUES ZACATONES algunos pasajeros de la combi –como yo comprenderé— porque iban dos personas muy conchas sin su cubrebocas, todo iba más o menos normal, aunque muchos nos volteábamos pal lado contrario de donde iban exhalando los que se sentían muy fufurufus, como que son de fierro o hule y que ya no les pasa nada con el virus. Así, unos sobre otros, ya que el chofer metió como a ¡63! personas en la combi y ya no le subió arriba del techo porque se abollaba, ahí la llevamos cuando de repente, con la brisa matinal, nomás vimos como en cámara lenta, que uno de los pasajeros que no llevaba cubrebocas, abrió toda la jeta que hasta se le vieron las amalgamas y ¡sopas!: ¡estornudó!. Noooombre, los que creemos en el virus—que la neta, éramos gran mayoría– abrimos chicos ojotes del espanto mientras que el cuate sólo pudo contener el estornudo repentino poniéndose la mano en la jeta. He de decirles que iba muy acá cuando se subió, pero luego que estornudó, agachó la cabeza notando como la raza le echaba unos ojotes y bien muinos. Hasta una chava sacó su alcohol en spray y roció el ambiente. Obvio que un buen nos bajamos de la combi y sin tratar de tocar el tubo donde se agarró el de la estornudadera, que chance sólo se le escapó como a muchos y muchas en estos tiempos de cambios de clima. Y eso queremos pensar todos los que íbamos en la combi del averno, porque si andaba viroso el que estornudó, pus a encomendarnos al de Arriba… “¡Se pasa de lanza, señor, como nadie les dice nada, les vale lo que le pase al pasaje!”, que le grita mi tía al chofer encarándolo luego de que nos bajamos. El conductor sólo respondió: “pues es que yo vengo manejando y no me doy cuenta quiénes traen su cubrebocas”, que dice el cuate, que se arrancó y ya no alcanzó a escuchar más a mi tía que de refilón le dijo “se hace pato, por no decir otra cosa. ¿A poco no ve que la gente no trae cubrebocas cuando se van a subir?”. Yo no le dije nada a la ñora porque venía hasta morada de la muina. Lo malo es que pa que se contentara, tuve que mocharme con unos sopes con ¡harto queso y chilito!, que después del susto nos supieron a gloria. Y pa acabarla, todo sudoroso ahí nos cayó El Cachuchas, que se fue siguiendo a la combi el terconio. Lo malo es que luego mi tía va a querer que me lo lleve cargado y a pata hasta el chante, porque tratándose de su perrito, le vale que a mí se me salga la lengua de cargar al perruno. Neta que también ella se pasa… Y ESO que la ñora no se ha dado una vuelta en oficinas, incluso del Ayuntamiento moreliano, en donde ya vimos a buen número de empleados este jueves que no usan el cubrebocas. Ya ni contarles que madereando, también notamos que de cada 10 transeúntes, unos 3 ó 4 y sobre todos morros y morras, jovenazos –sin faltar dos que tres rucailos, como yo comprenderé—ya no lo usan. Con decirles que en el taxi que tomé, tampoco el chofer lo traía y la neta, mejor me bajé… Y SABEN que, estimados lectores, pues la verdad que a nosotros nos da mucho, pero muchísimo gusto que aparentemente se esté volviendo casi a la “normalidad”, porque ya estamos hasta el gorro de usar los cubrebocas por más de 2 años y más oliendo mi aliento con sabor a menta a cada segundo. “Brincos dieras, tío”, me dice mi sobrino el Tony que mete su cuchara, en lugar de seguir haciendo su tarea. Sentimos a veces hasta satisfacción de ver que quizá ya se está acabando la pandemia que ha sido el azote de la humanidad y que ha enlutado a millones de hogares en el mundo, incluyendo a nuestro país y a nuestro estado… PERO LO QUE si creemos es que debemos estar seguros con confirmaciones científicas que efectivamente, la pandemia está cediendo, porque por el otro lado, apenas hace dos días todas las cadenas internacionales informativas y periódicos del mundo (como por ejemplo la BBC), acaban de reportar que por el Coronavirus, China –país de donde salió y que creíamos que estaba muy lejos para llegar a nuestro México, hace dos años– vuelve a los confinamientos y pone en cuarentena a más de ¡36 millones! de personas. Las notas informan que la provincia de Jilin ha sido una de las más afectadas por el brote y que ya hay “escuelas cerradas, teletrabajo y paquetes rociados con desinfectante a las puertas de casa” y se hace la crónica de que “las escenas que se sucedían hace dos años en China, en el periodo más duro del confinamiento que trató de frenar la expansión de la covid-19, han vuelto a algunas grandes urbes del gigante asiático” y que millones de personas en todo ese país se enfrentan ahora a duras restricciones por el repunte de los casos de coronavirus. “Entre las zonas afectadas por nuevas medidas se encuentran algunos puntos neurálgicos de China, como el centro tecnológico Shenzhen y la megaurbe de Shanghái”, citan los reportes… ASÍ QUE, estimados lectores: ojo, mucho ojo. Creemos que todavía no se puede cantar victoria del todo y no estaría por demás aguantar otro tantito antes de lanzarnos con todo a las calles sin cubrebocas, ¿o no?… Y ES CIERTO, en Michoacán la pandemia sigue en descenso “¡gracias al Creador!”, me recalca mi tía y este jueves por ejemplo, se registraron 34 casos en Morelia, epicentro de la enfermedad y 58 contagios en total en todo el estado. Pero como les digo, no nos confiemos, porque…quién sabe y en materia de virus, como ya lo comprobamos, China está tan sólo a la vuelta de la esquina: Aguas… Y POR cierto, estimados lectores, una fecha memorable encabezada por el presidente michoacano, el General Lázaro Cárdenas del Río, fue la del 18 de marzo de 1938 en que concretó la Expropiación Petrolera, mediante decreto con el que fue nacionalizada la industria del petróleo en nuestro país, pasando a ser propiedad de la nación los bienes y recursos que hasta entonces se encontraban en manos de 17 empresas extranjeras… Con la Expropiación de hace 84 años, se estableció que el Estado mexicano tendría control total sobre la producción y comercialización del petróleo en territorio nacional. La nacionalización del petróleo se debió, principalmente y de acuerdo a los historiadores a los conflictos existentes entre los trabajadores de la industria y las empresas extranjeras, quienes reclamaban mejores condiciones laborales, como la semana laboral de 40 horas, pago salarial durante enfermedades, indemnización familiar en caso de muerte o incapacidad total, salario mínimo de 5 pesos, jubilaciones, entre otras. “Sin embargo, la negativa por parte de los patrones de mejorar las condiciones de los trabajadores ocasionó que éstos se inconformaran ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, la cual revisó la situación y determinó que las empresas contaban con los recursos suficientes para cumplir con las demandas de sus empleados”… Ante estas injusticias, el presidente Cárdenas, imprimió a la solución del conflicto un sentido social y nacionalista, en el marco de la legalidad, “pues la nacionalización de la industria petrolera se fundamentó en la Ley de Expropiación de 1937, la cual establecía las causas para declarar un bien como utilidad pública y regulaba los procedimientos, modalidades y formas de ejecución de las expropiaciones”…. Sin duda que todo el pueblo de México le reconoce al presidente Lázaro Cárdenas la firmeza con la que actuó para defender las justas causas de los trabajadores petroleros y, al mismo tiempo, salvaguardar la soberanía y procurar el interés nacional, haciendo de la expropiación petrolera un parteaguas que impulsó el desarrollo y el progreso en nuestro país”. La historia señala que se nacionalizó la industria petrolera, después de que durante más de 30 años las compañías extranjeras actuaran con toda libertad dentro del territorio nacional, explotando de manera irracional los yacimientos petroleros y oponiéndose de manera permanente al cumplimiento de sus responsabilidades y fue así que el 18 de marzo de 1938, el general Lázaro Cárdenas del Río, expidió el decreto de la Expropiación Petrolera. ¿Qué tal?… POR CIERTO que también se recuerda que muy grande fue el apoyo que el presidente Cárdenas recibió de la población. Muchos mexicanos y mexicanas cooperaron con lo que tenían para pagar las altas indemnizaciones a estas compañías… En fin. todo un acontecimiento, que siempre lo debemos tener grabado en la mente como buenos mexicanos y mexicanas. ¿Estamos?… Y en la próxima le entramos a la polaca…